Hay decisiones que se sienten más como un llamado que como un paso calculado. Así nació Luzza: de una historia personal, muchas lecciones vividas, y el deseo profundo de hacer las cosas con más luz, más intención, más humanidad.
Durante más de 20 años me dediqué al sector inmobiliario. He acompañado a personas en momentos cruciales: su primer hogar, una mudanza inesperada, una inversión soñada, una herencia familiar… Cada historia me enseñó que detrás de cada puerta hay emociones, expectativas y necesidades muy reales. Y que lo importante no es solo vender, sino saber acompañar.
Gran parte de ese camino lo recorrí junto a un equipo que fue más que colegas: amigas-hermanas con quienes construí experiencias inolvidables y una trayectoria sólida. Agradezco profundamente esos años, porque me formaron, me retaron y me impulsaron. Fueron parte esencial del crecimiento que hoy me permite dar este nuevo paso.
Con el tiempo, entendí que mi propósito iba más allá de cerrar transacciones. Quería construir relaciones, generar confianza y aportar claridad en un mundo que a veces se percibe frío o complejo. Así nació Luzza: un espacio inmobiliario donde invertir se siente como llegar a casa.
Luzza representa mi manera de hacer las cosas: con detalle, con estrategia, y con una profunda conexión humana. Es la experiencia de dos décadas concentrada en una marca que no solo representa propiedades, sino decisiones importantes de vida.
Hoy, con esta nueva etapa, reafirmo mi compromiso de seguir guiando a quienes confían en mí, ahora con una identidad propia, moderna y cercana. En Luzza, cada cliente es único, cada propiedad cuenta una historia, y cada inversión merece ser tratada con respeto y visión.
Gracias por estar aquí, y por permitirme ser parte de tu camino.
—
Priscilla Mejía A.
Luzza Espacios Inmobiliarios